viernes, 26 de junio de 2009

Happy People Dancing on Planet Earth.

Gracias a la lectura de un blog y de Koldo os cuelgo este video. Lo he puesto en casa y todos hemos acabado bailando, dando brincos y volteretas…provoca alegría y divertimento asegurado.

Where the Hell is Matt? (2008) from Matthew Harding on Vimeo.

jueves, 25 de junio de 2009

Guillermo.


Guillermo me tenía hasta los cojones. Ese tipo regordete chiflado me la iba a liar parda y así fue. “Bueno, no te preocupes, ya pasará” me decía mi mujer.

Guillermo era educadísimo cuando gesticulaba pero en el ten con ten era desatinado mantener una conversación medianamente correcta. La distancia física que separa su barriga y su flojo tono de voz, me abocaba a perder información por el camino. Intentaba agudizar el oído pero con la carraspera insistente de Guillermo también hacía muy difícil cualquier autoexigencia auditiva. “..el próximo lunes…en casa de Yolanda…sss…morir en la bañera…”, caray, que habrá dicho. Le pedía, por favor, me repitiera,”…pasa a Yolanda…ssss…bañera”, nada. No me atrevía más, me creaba ansiedad. Porqué cojones no hablaba más alto.

En la cafetería cuando nos reuníamos el grupete de la asociación, nos inclinábamos a la mesa a captar esas longitudes de onda inverosímiles que rebotaban en la mesa de mármol. Nos enteramos días después de la muerte de su padre tras una compilación de conversaciones y por teléfono... era igual, parecía que estaba lejos, muy lejos.

Un día llamó mi mujer al local y Guillermo que andaba por allí, cogió el teléfono. Cuando regresé, me dio el mensaje. No me enteré que había llamado mi mujer, que se había puesto enferma y que, por favor, recogiera yo a los niños del colegio. Cómo lo iba a saber si no le oía y no sé leer los labios. Todo lo que hice fue sonreírle complacientemente mientras emitía silabas imperceptibles.

miércoles, 24 de junio de 2009

La chica del ascensor.


Por motivos ajenos, a parte del personal de mi oficina nos hemos tenido que mudar. No sé lo que tardaremos en volver al Oasis de antaño. Atrás dejo el esplendor de lo que era un marco incomparable, en Retiro, casi en la mismísima naturaleza, y se empieza a cocer otro caldo con más coches y polución alrededor. Las nuevas oficinas están en la zona de Nuevos Ministerios y ahora, utilizo un ascensor para acceder allí.
La mañana del jueves pasado entro conmigo una señorita en dicho elevador. Presionó el botón de la tercera planta y en una inconcebible decisión yo no apreté el botón que correspondía al 5º. En el trayecto definido me desconecté de la música que iba escuchando y ella organizó su larga melena. En ese momento, llegamos a la planta tercera. Ninguno salimos, estuvimos un instante mirándonos y probé, ya que ella no iniciaba la maniobra, a tocar en el cuarto, por error del subconsciente no al quinto. Rápidamente llegamos por supuesto, yo no tenía ningún motivo para descender allí, de modo que espere a alguna iniciativa por parte de la mujer. En esa ausencia de movimientos y de pocas palabras, no ocurrió nada. El hecho de estar emparejado me hace renunciar a la mitad de la población y el consiguiente paso fue teclear el botón del 5º. Cuando la prepuerta de la caja se abrió, mi tendencia fue salir primero empujando la segunda puerta de afuera con la mano pero esta señorita, de manera explicita, me hizo saber que allí se bajaba también. Nos hallábamos en el descansillo y los efectos de este nuevo distanciamiento me daba sensaciones de claudicación de aquella tentación estúpida. Entramos en la misma oficina, era una nueva compañera de Servicios Centrales que no conocía. Me dirigí a mi mesa arrastrando los pies, con esos dardos envenenados clavados en el corazón.

jueves, 18 de junio de 2009

Ese señor de ahí.



Esta fecha y ese partido de fútbol me ayudaron a encontrar el sentido a la vida, el brutal sentido que tiene cuando lo que más quieres casi se te va. Ocurrió durante El Mundial de Fútbol de Estados Unidos, el 19 de junio de 1994 y se estaba jugando en ese momento, el Bélgica-Marruecos. Mi padre sobrevivió a un ictus cerebral y en esa precisión cínica que te dan las desgracias, recapacité.
Hoy hemos comido juntos en Sigüenza y mi padre, ya se adentra en sus misterios. Lleva años abocado a fraudulentos silencios derivado de las secuelas de su enfermedad, se emociona con facilidad con cualquier gesto de buena intención pero es más producto de su extrema dependencia y su existencia, se halla alejada de la lucidez que en otros tiempos mostraba con el cálculo matemático o con la música.
Me ha trasmitido cosas y me hace pensar. En la memoria tengo el pasado con él, los buenos ratos que pasamos juntos cuando era niño. Ahora, mientras sonríe... me lo paso pipa.

martes, 16 de junio de 2009

historias pequeñas.


Yos me ha ayudado a levantar una escalera, al cielo, en la casa de la Sierra. Ha derribado un muro con una maceta de tres kilos y allanado un vano con tarima de pino gallego. Yos es mi hermano. Atiende de un modo inalámbrico a la sangre. Ha convivido esta semana con los parroquianos del otro lado de las montañas. Su innovación es principio y fin. Sus acciones habituales viajan hasta el infinito como en el mundo de las maravillas y retornan para cometer tentativas inverosímiles. Su implicación es evanescente y su cultura está más cerca de la relación cotidiana con allegados que con los vínculos interdependientes de la Aldea Global. Vive en un pueblo semihabitado de la Castilla profunda con nuestros padres, encadenado a la música compulsiva de los aerogeneradores y a la discreta heterosexualidad que impone la disciplinada demografía.
Le escucho cómo habla, colocando a golpes un taco de madera. Come algo menos de lo que le dicta su estomago y conversa con cierta extravagancia. Cómo rebobina en el pasado... cada uno lo capta como encontrando sus gustos y sus utopías. La composición de la vida… tan diferente, con aquellas manos desolladas por no querer utilizar el atornillador eléctrico, me parece no entenderle.
Inicia ahora su otro camino, algo confuso, de hombre feliz o casi, que no es lo mismo. Se ha ido definitivamente de Madrid.
El domingo terminamos la obra, a medias por falta de rasillas, y con la escalera de madera acabada. Empiezo a orientarme con quien nunca dudó en auxiliarme en mis proyectos iniciales y me dío todo. Han pasado los años de este modo de concebir nuestro tiempo y siempre estaremos juntos. Todavía le debo dinero, favores, hostias. La familia es algo que debemos preservar como nuestro destino.
Me llega un mensaje inesperado al móvil, es habitual la falta de cobertura en "X", ha fallecido el padre de London, un amigo reciente. Pienso en London y en esa ausencia de referencias que a todos nos van llegando.
Yos, cuida mucho a los viejos.

miércoles, 10 de junio de 2009

Europa, Europa.


Bueno. Ya pasaron las Elecciones Europeas 2009. Mi amigo Peter dice que “los que pueden dar la vuelta a la tortilla se nos quedan en casa y que hay que seguir dando la brasa”.

Los resultados están ahí, una Europa dominada sin paliativos por la Derecha y una Izquierda caída en el desanimo más áspero. Hace poco, la llegada de Obama causaba profundo impacto entre los progresistas europeos con aires de cambio, sin embargo hoy Europa apunta hacía otro punto, el Conservador.
Parece que el pasado fue mejor… los análisis personales que escucho, que leo, están centrados en la influencia perniciosa que el Poder tiene en los individuos que lo ejercen y en la naturaleza humana en general, siendo la conclusión final el desencanto habitual por la clase política y por ende, de la especie humana.
Así nos enterramos, se incrusta esa lógica predecible en nosotros. No vamos a votar o votamos con el miedo. Estamos más centrados en criticar pasivamente que en intentar cambiar las cosas. Es mejor que todo siga igual. La vida está llena de zancadillas y de putadas si, pero también de puntos de máxima intensidad y de momentos extraordinarios. Y eso exige un poco de esfuerzo.
Hondas reflexiones lleva la Humanidad haciéndose desde el principio de los tiempos y al fin descubrimos, entre el resentimiento y el dejar hacer, que no hay solución… y qué encima, echamos la culpa a los políticos. Que fracaso de País y de Europa.

jueves, 4 de junio de 2009

La poesía es un arma cargada de futuro.



Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quién no toma partido
partido hasta mancharse.

(G.C.)

miércoles, 3 de junio de 2009

La Feria del Libro de Madrid 2009.


Todas las mañanas cruzo el parque del Retiro. Ahora están las casetas de la Feria del Libro de Madrid. Están cerradas, desiertas de gente y del repertorio de sandeces de algunos supuestos escritores y de sus supuestas intenciones solemnes. En otro orden de cosas, ahí están los seguratas de ¿Prosegur? y unos vigilantes y vigilantas, regordetes y regordetas, de amarillo que expresan profunda simpatía en ese noble destino que es custodiar los lotes de libros que los proveedores madrugadores depositan al pie de los mostradores.
Ahora hay muchos vehículos rondando y me aplico en tener cuidado en no chocar contra uno de ellos. Se nota que va llegando el verano, voy leyendo los carteles rojos y blancos de las casetas: “Fábula”, “El Corte Inglés”, “Antonio Machado”, “Visor poesía”…qué dificultad, que destino de trabajos, de libros, de sueños… Zafón anda por ahí firmando, Icíar Bollaín por acullá… luego hay otros… Victoriano Viñuelas, Javier Yanes, JuanMa Castaño, nombres tal vez ejemplos de maestros o rufianes pero que inconscientemente se diluyen en mi mente.
Todos los días reparo en unas fotografías de gran formato colocadas en unos soportes en el paseo. Voy con mi bici y en la proximidad descrita a esas vallas es como pasar hojas de una revista deprisa, algunos inválidos viejecillos como capones se plantean tareas más minuciosas y los tengo que esquivar. Cuando termino de recorrer la Feria, como cada mañana, esa larga serpiente de opiniones y testimonios, respiro, salgo de nuevo al pequeño mundo.
La vuelta, es al revés.

lunes, 1 de junio de 2009

Huellas en la niebla.


Cuando dejo en ese camino embarrado mis huellas. Precedo a mi muerte. La duración del tiempo es tan inquietante y sutil… Los instantes de las primaveras se exilian para siempre en este inconcebible paraíso.
Hablo con mi madre últimamente como en esos múltiples trozos que un día deje de cultivar, entre lágrimas que recorren mi rostro impasible y mis más altas confesiones de amor por ella. Un puñado de recuerdos se agolpan entre las más de sesenta pulsaciones por minuto. Como parte cierta, en su progresivo deterioro, trato de escuchar con más profundidad, de hacerla llegar mis simpatías y mi extensión infinita. Por causa común a toda la esfera humana converso como tratando de recuperar el tiempo perdido, de recrear aquellos momentos tan valiosos en los años perdidos. Su sueño era que su hijo la queriera. Eso si ha ocurrido. El resto son palabras y abrazos, besos irresueltos como cuando intentaba protegerme del inmenso peligro.
Incorporo a mi mente sus manos desconocidas con descripciones de la vida, de sus conceptos magmáticos. Recupero el olor del pasado que lleva consigo. Que extensa es. Su consagrada vida a su marido e hijos no la han amargado. Silenciosa, casi nada ha esperado de nosotros, solo lo esencial.
Escribo con la esperanza de unirme a ella en la oscuridad cuando llegue porque será así… y encontraré sus huellas en la niebla.