viernes, 26 de septiembre de 2008

Conchita.


Hoy ha sido un día raro. Parte de mi vida cambiará, sin duda. Han pasado más de 18 años. En la calle de Alcalá, antes de entrar a una oficina de un Banco, me he cruzado con una persona. Conchita. Llevaría unos 70 años a cuestas, parecía excavar la acera buscando ya un sitio donde descansar. Sus ojos azules indicaban las grietas de una vida demasiado protocolaria. El exceso de maquillaje, sin demasiada necesidad, redoblaba el paso negativo del tiempo.

Hace 18 años me llamó Conchita el día antes de viajar yo a Alemania de vacaciones. Ella trabajaba en Recursos Humanos como se dice ahora y me inquirió que se me agotaba el plazo para tomar posesión de mi puesto en el Ministerio. Acepté y tuve que ir ese día a su oficina. Hoy he cambiado de trabajo, iba a formalizar mi nueva situación. Inesperadamente, me he cruzado con ella en la calle. Como hace más de 18 años.

martes, 23 de septiembre de 2008

Fantasmas tecnológicos.


El mal tiene muchas formas. Y puede aparecer transmutado en la figura de los mecanismos tecnológicos: un teléfono móvil, una cinta de video, un ascensor... Estamos ante un sistema social hipertecnificado que nos aísla de los demás. Al cabo de poco tiempo hemos pasado de una sociedad básicamente de contacto con la naturaleza a la informatizada, eminentemente virtual y de desintegración ecológica. El mal protagonizado por la tecnología cotidiana está presente en películas como "The Ring" donde una mujer empieza a ver fantasmas. ¿Es acaso una película de terror sin más o en realidad, es una denuncia sobre la neotecnología?.
Empezaremos a sospechar de los peligros ocultos que pueden encerrar el uso de estos aparatejos en nuestras vidas. En cierto modo, hay que estar alerta. Podemos no estar lejos de añadir prótesis robotizadas a nuestro cuerpo humano y dejar de regirnos por las leyes de la naturaleza. La continuidad de la especie humana se perfila en seres replicantes, mitad humanos mitad maquina. El temor ante el mundo oculto de "Matrix" puede no estar muy lejos.

domingo, 21 de septiembre de 2008

observar las nubes.


Lo que contemplo desde cualquier lugar es el paisaje fracturado, cada vez más colonizado y anodino. La ciudad da sensación de caos y el medio físico natural es un hibrido de “paisajes urbanos” y carreteras. Añado los parques eólicos, las naves industriales y las explotaciones agrícolas. Todo esta transformado, demasiado intervenido. Así las cosas, me oriento al cielo.
Digo esto porque el cielo me proporciona placidez, ello supone considerar el saber mirar. He llegado a pensar de hallarme en cualquier época geológica mirando las formaciones nubosas. Siempre me sorprende su expresividad. Son reveladoras y no es necesario ser un especialista para poder distinguirlas. Es como entrar en el túnel del tiempo, iguales a como cuando era imposible encontrar un solo hombre sobre la Tierra.
Resulta estimulante percatarse de las apariencias de las nubes que provocan tormentas, de las que presagian un cambio del tiempo o de las reminiscencias de vapor. Mirar las nubes como un pasatiempo o plantearlo como una cuestión estricta.
Conocí a dos tipos que fotografiaban solo nubes. Eran los parámetros que regían su existencia. Se estaban quedando ciegos y les era imposible enfocar la cámara. En esa intolerancia óptica eran verdaderas obras de arte aquellas fotografías. Estos dos seres humanos que despertaban desconfianza por su inconciente inadaptabilidad social, sabían congelar las tenues atmósferas o los sublimes desarrollos verticales de un cúmulo.
No es preciso ir más allá, las nubes están encima de nosotros. Basta mirar. Emplazarnos con ellas a cualquier hora, sumergirnos plenamente en su ordenamiento visual. Gozar de lo que tenemos ininterrumpidamente a nuestro alrededor.

lunes, 15 de septiembre de 2008

ISAAC MONTERO (1936-2008)


Isaac Montero, Fernando-Isaac Hernández Montero, he visto tu foto y me recordabas a alguien cercano. Tus accesibles letras contestan a la opaca realidad. Quedarán al final de la primavera exhumando historias que no esperan. Sólo tendrás que dar cuenta de tus actos a ti mismo, a tu padre que murió cuando tu eras un niño y a todos los que han combatido contigo en la verdadera historia. Veo tu foto en el periódico, en el censo diario de los que abandonan los sueños. Me recuerdas tanto a alguien. A aquellas primaveras dónde percibía el olor de las amapolas y la lavanda. Recuerdo los abrazos cercanos que ahondaban en mi espíritu en aquella belleza definitivamente perdida. Tan familiar me resultas como la oscuridad. Gracias a aquellas primeras lecturas infinitas surgidas del fondo de unos corazones exactamente iguales se apoderó de mí la dulce confianza en las palabras. Isaac, lo más probable es que allá donde mores para siempre, las palabras brotaran de nuevo, está vez al inicio de la primavera como centellas incorregibles.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Che: El argentino (2008) de Steven Soderbergh.


Acabo de ver la película en los Renoir-Retiro de Madrid. He estado con tres amigos en el ámbito natural de una tarde de cine, pero sobre el deseo de sentir. Antes de adentrarme en la sala de proyección, me preguntaba si iba a merecer la pena. Es cierto que antes de venir he leído alguna crítica por ahí, la de Carlos Boyero en El País, otra en el ABC, la de El Mundo, otro artículo en Rebelión. De todo, pero en líneas generales críticas positivas. Luego, estaba el premio al mejor actor para Benicio del Toro en el Festival de Cannes.
Así, llegaría el momento de sentarme en la butaca mientras el vértigo recorría mi espinazo, contemplaba los espectadores que casi colmaban la sala convertidos en protagonistas esenciales, se apagan las luces. La música con percusiones y el olor a selva salpicaban a la concurrencia y ya no dudaba de la experiencia, del viaje perpetuo en un formidable goce de reflexión. Era el encuentro afortunado con Steven Soderbergh, una comunión entre cine y símbolo.
En Che, el argentino todo está ajustado al apunte histórico, al sentimiento, a la experiencia personal y efectivamente, la película tiene un grado de subjetividad ya que tiene una base clara, que son los diarios del protagonista. Quizás por eso se lamentan algunos espectadores. El planteamiento es mostrar a Ernesto Guevara en su ecosistema: la guerrilla, sin intentar moralizar y sin desviarse de todo lo que se va consolidando en la Revolución: los logros y las contradicciones. Se intercalan fragmentos, en blanco y negro, de la intervención de Guevara en la asamblea de la ONU en 1964 con el día a día de la guerrilla, con el difícil equilibrio de la felicidad y la tristeza.
Tras la película, todo vuelve a la normalidad. Los problemas cotidianos, las dedicaciones habituales, el equilibrio de nuestra conciencia. Intencionadamente, a veces, en la rutina de nuestros días salen grandezas sobre una pantalla.

Che: El argentino (2008). USA.
duración 140 min.
DIRECTOR Steven Soderbergh
GUIÓN Peter Buchman
MÚSICA Alberto Iglesias
FOTOGRAFÍA Steven Soderbergh
REPARTO Benicio del Toro, Franka Potente, Benjamin Bratt, Jordi Mollà, Óscar Isaac, Yul Vazquez, Catalina Sandino Moreno, Edgar Ramirez, Demián Bichir, Elvira Mínguez, Jorge Perugorría, Eduard Fernández, Alfredo De Quesada, Óscar Jaenada, Jsu Garcia, Benjamín Benítez, Armando Riesco, Carlos Bardem.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

conversaciones con un gato


Me he quedado solo. En una ridícula soledad. Sin Thor y sin Logan. Trascurre la tarde entre los oscuros escenarios abandonados. Un gato me acompaña. Me sale al encuentro. Me empuja para que le acaricie, íntegramente. En uno de esos momentos en los que me hallo arrastrando la mano hacia su cabeza de gato, aprecio la sensibilidad del pequeño animal. Su dueña me ha cargado con él durante unos días. Su vida de gato atesora el gusto por estar cerca de los humanos, por soportar con habilidad innata nuestras indiscreciones. Nadie cree que no entiendan pero entre una taza de café y la colaboración de su amable silencio he decidido hablarle.
“Quisiera, Gato, que no sólo tu estuvieras presente entre estas cuatro paredes, y que la nostalgia me marcara el itinerario inevitable y nos lanzara a la carrera entre los frondosos valles y los caudalosos ríos rumbo al ilustre destino que la desdicha me ha negado. La fuerza que siento por la ausencia de Thor y Logan causan mi pena. Arrojarme al monte debiéramos, a sabiendas de abandonar mi trabajo y mi indumentaria de hombre domesticado, de poder convertirme en mente libre que ve la luz y no encontrarme con la infortuna de hallarme lejos de los que son mi inmensa alegría”.
Estando en yo en estas reivindicaciones, a las que seguían otras conversaciones en las que corrían por la mismas sendas turbulentas de la afectación, el Gato, insomne, aportó su cultivada ciencia de gato con una naturalidad sensata que me dejó perplejo.
“Que dices hombre, ¿que ansías? ¿Que proclamas? estas vencido por el delirio, tu llanto es la espada que se clava en tus esperanzas. Tu arma es tan inhábil como el vino que os impide dilucidar. Asómate al balcón y deja mecer tus ralos cabellos por el soplo del aire de la tarde, por la certeza del regreso de Thor y Logan, por los dulces presagios de la recompensa de tu esposa en su vuelta”.
Ante tal disquisición, no entre hijos y padres, o entre esposos, sino entre un hombre y un gato me apresuré a contrarrestar las desbordadas razones gatunas.
“Tienes razón, amigo. Las bondades de tus razones son puras y no olvidaré palabras tan equilibradas como sensatas. Vivo como hombre, bajo la luz del sol y las tinieblas de la noche y de buena raza es ser excelso en la paciencia. Tal conducta me avergüenza pero he recibido bien tus nobles palabras y sabré esperar el regreso de mis seres queridos con más confianza que antaño Penélope con Ulises”.
Así pues, hice caso a mi ilustre compañero de sus consejos y dediqué el resto del día en otros propósitos. Ahora me dirijo en este destierro a una de las salas de cine de los Renoir donde proyectan la película de Steven Soderbergh, “Che, el argentino”. Pero esto, ya es otra historia.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Diarios de motocicleta (2004) de Walter Salles.


Dirección: Walter Salles. Interpretación: Gael García Bernal (Ernesto Guevara de la Serna), Rodrigo de la Serna (Alberto Granado), Mía Maestro (Chichina Ferreira), Mercedes Morán (Celia de la Serna), Susana Lanteri (Tía Rosana), Jean-Pierre Noher (Ernesto Guevara Lynch), Lucas Oro (Roberto Guevara), Marina Glezer (Celita), Sofia Bertolotto (Ana María), Facundo Espinoza (Tomás). Guión: José Rivera.

"En 1952, Ernesto Guevara (Gael García Bernal) y Alberto Granado (Rodrigo de la Serna), emprenden un viaje por carretera para descubrir la verdadera América Latina. La película sigue a ambos jóvenes en su viaje de descubrimiento…”. La producción ejecutiva de la película es de Robert Redford y fue premiada en el festival de Sundance.



Sinceramente, esta película rompe los mecanismos emocionales y conmueve hasta los sentimientos más profundos. Es la historia de un intenso y apasionante viaje de dos jóvenes a lomos de “La Poderosa”, una motocicleta en la que recorren el continente, con la intención de llegar a Venezuela. Como armas para sobrevivir: los conocimientos de estudiante de 5º de Medicina que tenía Ernesto y los de Bioquímica de Alberto. El viaje transcurre surgiendo inevitablemente las dolorosas condiciones de vida de la población en Iberoámerica y las impresionantes manifestaciones de honestidad de la gente. Ante esta representación de la vida y el estado de creación permanente de Ernesto, la realidad condicionará la vida futura de estos personajes. La película transpira una mirada indeterminada hacía la lejanía del futuro. El aire que da Gael a su personaje es convincente y como curiosidad, decir que el actor Rodrigo de la Serna es primo segundo de Ernesto Che Guevara.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Poca voluntad y mucha TV, fracaso escolar seguro.


Trascribo esta carta a los lectores publicada en El Periódico de Catalunya de hoy. Me ha parecido esclarecedora y atinada.

"Poca voluntad y mucha TV, fracaso escolar seguro."
por Arturo Ramo García
Teruel

Una de las causas de los malos resultados de los estudiantes es, según los informes, su falta de voluntad y de esfuerzo en la constante tarea de aprender. Dicen los especialistas en educación que la voluntad debe ser fomentada especialmente en los 10 primeros años de vida. Si en esa etapa no se ha conseguido una disciplina educativa de la voluntad, después todo será más costoso. Se puede llegar a la imagen del niño mimado que quiere hacer únicamente lo que le apetece. Por ese camino se llega a una persona caprichosa y apática, incapaz de proponerse metas y llevarlas a cabo. Uno de los factores que más deterioran la voluntad es el uso excesivo de la televisión. Su influencia es nefasta, pues fabrica jóvenes pasivos, sin ningún espíritu de lucha. Otro efecto negativo de la televisión es que cuando el chico no tiene un espíritu crítico, termina por no distinguir el bien del mal y lo positivo de lo negativo. Y esto sin contar con el contenido negativo de muchos programas: violencia y pornografía.
La persona con poca voluntad no logra alcanzar sus objetivos porque se olvida de su obligación. Una voluntad débil deja su influencia negativa en cuatro aspectos: falta de estabilidad, una vida en pareja inestable porque no sabe ceder ante el otro, una vida profesional mediocre, y pérdida de curiosidad cultural e intelectual. Los perdedores y los triunfadores no se hacen de un día para otro. Los perdedores llegan a ese estado después de años de dejadez y desidia. Por el contrario, los triunfadores saben hacer en la vida ordinaria lo que se han propuesto cada día, y lo hacen sin agobios ni ansiedades, sino con determinación y esfuerzo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Julio Verne.


Julio Verne siempre me pareció claro, desde el análisis del contenido científico y desde las novelas de aventuras. Se le encasilló con admiración por los avances científicos que describía y por el contenido divulgativo al que nos rendíamos seducidos por los deseos de un mundo más justo y racional. Julio Verne creía en la utopía.
Integró en sus novelas dos cosas interesantes: la sabiduría literaria y la científica. Fue precursor de lo que se denominó en el siglo XX, la tercera cultura. Supo comunicar con los científicos y con los de “letras”, y en definitiva, con el gran público, mención especial al juvenil.
Se imaginó un futuro apasionante y fue precursor o, mejor dicho, se anticipó a los inventos de épocas posteriores. Se enfrentó a lo que iba a trascender en la historia de la humanidad con conocimiento de causa.
He leído varias obras de Verne, estoy en espera de hacerme con El rayo verde pero las que verdaderamente me marcaron fueron los dos primeros libros que cayeron en mis manos, De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna. Aquí, Julio Verne expone o teoriza en la hipótesis lejana de viajar a la Luna. Se apoya en los conocimientos de la época y aunque cae en contradicciones, las fuentes de su imaginación son inagotables. Lo fundamental de entonces por incomprensible es explicado y si supiéramos que no podía ser tal como aventuraba, no es de locos excitarnos con estos relatos dentro del modelo julioverniano.
La influencia de estos dos libros de Julio Verne fascinó mi imaginación.