domingo, 30 de noviembre de 2008

El rayo verde de Julio Verne. Capítulo Primero.


-Buenos días, tío Sam –dijo.
-Buenos días, querida hija.
-¿Cómo vas, tío Sib?
-¡Perfectamente!
-Elena –dijo el hermano Sam-, tenemos que arreglar un asunto contigo.
-¡Un asunto! ¿Cuál asunto? ¿Qué habéis tramado? –preguntó miss Campbell, cuyas miradas, un tanto maliciosas, se dirigían sin cesar a uno y a otro.
-¿Conoces a ese joven, el señor Aristobulus Ursiclos?
-Le conozco.
-¿Te desagrada?
-¿Por qué había de desagradarme, tío Sam?
-En ese caso, ¿te agrada?
-¿Por qué ha de agradarme?
-En una palabra, mi hermano y yo hemos resuelto, después de maduras reflexiones, proponértelo para marido.
-¡Casarme! ¡Yo! –exclamó miss Campbell soltando la carcajada más estrepitosa que jamás habían repetido los ecos de la galería.
-¿No quieres casarte? –dijo el hermano Sam.
-¿Para qué?
-¿Nunca…? –dijo el hermano Sib.
-Nunca –repuso miss Campbell adoptando un aspecto serio que desmentía su boca sonriente-. Nunca, tíos míos…, hasta que no haya visto…
-¿Qué? –preguntaron el hermano Sam y el hermano Sib.
-¡Hasta que no haya visto el Rayo Verde!

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Terje Hauge (1965 in Bergen, Norway).


Acabo de ver el partido de Fútbol que hoy se ha disputado en Minsk, Bate Borisov -Real Madrid CF. (0-1) en Antena-3.
Como soy ex-colegiado y ex-jugador, me voy a inclinar a hablar sobre el arbitraje. El match ha sido arbitrado por Terje Hauge, árbitro noruego. Con diferencia ha sido el mejor del partido, es decir ¿ha pasado desapercibido? Lo habitual, lo corriente, es decir que si ha pasado desapercibido, ha estado bien. Pero la cuestión es otra.
Terje Hauge ha cosechado mi elogio como aficionado por la manera de impartir justicia arbitral. Para entendernos, es tan obvio como buscar el equilibrio imparcial entre un club grande y un club pequeño a la hora de enfrentarse a las reglas en un partido de fútbol. Las decisiones de Terje Hauge durante el partido han sido asépticas, las reglamentarias, sin importar si el infractor era una figura o un “tuercebotas”, y la camiseta del Real Madrid no ha asfixiado su cerebro. Ni las intimidaciones del 3 (Pepe) o la permanente puesta en escena del 14 (Guti) le han pervertido a la hora de señalar una falta o amonestar. Arbitraje impoluto.
A los árbitros se les llama de todo, son como blancos tentadores para la ira de algunos energúmenos y puedo dar fe. Son la parte más oscura y siempre rezumando sospechas, sin embargo, entre tanto desconcierto de jugadores que fallan clarísimas ocasiones de gol o comentaristas que se pasan de listos, lo que es inequívoco son sus indiscutibles habilidades de supervivencia. Rodeados de fastos, de jugadas alucinantes, cámaras, programas deportivos y demás parafernalia se incrementan la complejidad de sus decisiones, siempre impregnadas de cierta desesperación. Ciertamente, una manera de entender el fútbol muy sufrida.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

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En todo mi corazón te siento, fuiste el ser más bueno que pude encontrar. Allí en tu sagrada tumba reposas para siempre, con un cielo azul y los vientos fríos por compañeros.
Hace un año se fue parte de la luz de mi vida.

martes, 18 de noviembre de 2008

El lado frío de la almohada (2004). Belén Gopegui (1963).


El señor que tiene un perrito que ladra a los otros perros es tan previsible como la rinitis de Ana. Se acerca dando rodeos, entre los bancos de la plaza, en busca de una victima propiciatoria. Convencido de sus argumentos seguirá el próximo martes, si no hay caza, con lo mismo. Me va erosionando el aguante, así cada día. He llegado a una condición humillante, suelo acercarme a la plaza del barrio como un marine. Sigilosamente. Por entre los coches aparcados en batería oteo y, ante el inagotable poder de resistencia del que llamamos en casa “El de lo social”, aspiro a pasarle desapercibido. Cuando me pilla por banda el desconcierto es mayúsculo, la inmigración, el gobierno de Zapatero, las empresas, la refundación del capitalismo,... artillería pesada. Es desesperante como defiende a Esperanza Aguirre pero es histórico como consigue ponérmela en contra de un modo específico. No es brillante en sus locuciones, ahonda persistentemente en un estilo mucho más zafio que el de un famoso locutor de radio de las mañanas, sino es demagógico y mientras no aguanta como dice la suciedad de los bares, no se da cuenta que su perro se ha cagado en una esquina de la plaza o no quiere darse cuenta. Los horrores de la política socialista salen a la palestra otra vez y los dispositivos innatos de barrera acústica en mis oídos se activan.
Ahora mientras “El de lo social” mueve la boca haciendo muecas pienso en el último libro que estoy leyendo de Belén Gopegui, no me ha quedado claro algo de la protagonista Laura Bahía que había quedado en verse con otro personaje en un lugar. Estaba en una exposición de pintura sobre un pintor que trata sobre el viento ineludible que rasgea los toldos de las playas y demás. Laura se acerca al otro personaje del que parece se está enamorando, se rozan. “El de lo social” me mueve el brazo, se conoce para tener la certeza de que le sigo en sus disquisiciones, sin embargo no consigo oír lo que me está diciendo, como el americano que está con Laura más abierto a otras consecuencias. Laura sigue hablando sin darse por enterada que el americano la vuelve a rozar con su brazo. Se besan. Los labios del hombre se acercan de nuevo a los de Laura y las bocas se abren como los remolinos de los sueños. Sigo sin inmutarme, la experiencia va llegando a su fin porque las cuatro patas de Otto han doblado la esquina y “El de lo social” se va detrás. Me quedo mirando a un ciprés que apunta al infinito y veo la copa cimbrearse por el viento en busca de una expresión artística en ese movimiento. También sueño con ese lugar del lado frío en la almohada, del que habla Laura, y en dónde tenemos los sueños que no se cumplirán.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Madrid Cow Parade 2008


Paseando llegué a la carpa que han montado en la plaza Felipe II, la llamada Cow Parade. Parece ser que esta exposición va viajando por todas las grandes ciudades del planeta. Allí unas cuantas docenas de vacas de fibra de vidrio (¿…?) u otro material, esperaban ser intervenidas. Había ya algunas pintadas o contaminadas con atributos diversos y pululan por el recinto como en un establo, hay incluso alpacas de paja para que se sientan cómodas. Algunas son transformadas en copia de otras vacas, las hay inéditas y otras con reseñas de ciencia, mitos o de género indeterminado.
La idea surgió en Suiza, el país de las vacas, y desde hace unos diez años los artistas locales y gentes de reputada fama colaboran con el proyecto para buenas causas.
Las vacas se convierten en mutantes a voluntad de los autores, pura evasión.
Buena cosa es ver a los artistas en plena faena, en un espacio bastante reducido y con un montón de miradas golpeándoles continuamente. Luego están los abusos fotográficos, las gracias consabidas sobre el tema vaqueril y la tercera edad interfiriendo junto a niños superando en cualquier momento las bandas del “no pasar”.
Logan se lo pasó estupendo en su habitual excitación entre las nuevas naturalezas que van apareciendo en este su quinto otoño. Venía acompañado de su amiguita Boa y los dos se deslizaron por debajo de las bandas de separación entre público y vacas para tocar las ubres a las protagonistas. La interdependencia de las vacas y los niños parece que no gustó al artista de una vaca floreada y el que estaba colocando unas alas a un bovino de la segunda fila se empezó a descojonar. En cuanto a Thor, era imposible mantenerle demasiado tiempo en el carrito, y ha aprendido la palabra vaca. La salida fue un aliento, me consta, para el guardia jurado de la puerta que no dejaba de imaginarse que algo malo iba a ocurrir a alguna de sus vacas. Antes, saqué una foto a una de ellas que me llamó la atención, una vaca Guernica.

martes, 11 de noviembre de 2008

Cadena humana en Rivas-Vaciamadrid en defensa del Parque Regional del Sureste.


El pasado 9 de noviembre de 2008 fuimos a Rivas, en la Comunidad Autónoma de Madrid, por una convocatoria en defensa del Parque Regional del Sureste y a formar una cadena humana como protesta. Recorrimos un trayecto medio urbano y llegamos a los cantiles que dan a la laguna del Campillo en poco más de 15 minutos. Es un verdadero lujazo para los vecinos del pueblo tener tan cerca esta maravilla como cerca anda su destrucción. El tenue equilibrio ecológico que existe en este valle no deja de cruzarse con las amenazas reales y no actuar es seguir hundiéndonos en el fango de la reiterada catástrofe natural.
Los peligros sobre este territorio se disparan: la posible ubicación de una Central Térmica en la confluencia de los ríos Jarama y Manzanares, escombreras descontroladas, abusiva extracción de áridos, caza furtiva y para qué seguir. Según la previsión de un amigo de la zona, se agudizan los problemas de la zona como las actitudes irresponsables.
A eso me refiero, esperaba encontrar más gente sensibilizada con este problema. Las posibilidades de difusión de estos temas no son amplias, pero en Rivas vi numerosos carteles de la convocatoria, y la asistencia al acto la calculé en torno a unas quinientas personas. Si la población de Rivas es de unos 60.000 y la comarca afectada corresponde a una extensión importante de la Comunidad, uno se puede pronunciar como que la marcha fue un autentico fracaso.
No se puede renunciar al potencial de la gran mayoría pero la supervivencia de muchas aves acuáticas y todo un ecosistema están en manos de nuestros políticos y de algunos convecinos sin escrúpulos. El espíritu de unas organizaciones no resolverán los problemas y ver pasar desde el balcón del adosado a unos cuantos cientos de locos con pancartas es una postura tremendamente imprudente.
Cuando los desechos químicos y la basura atmosférica lleguen sigilosamente a nuestras casas, a nuestros grifos, a nuestros pulmones, entonces cerraremos los ojos de forma definitiva.

Joe Strummer: The future is unwritten (2007) de Julien Temple.

El mural de la foto se encuentra en Nueva York en la pared del bar Niagara.

Muchas reflexiones surgieron después de ver esta película. Joe Strummer conquistó en su extrema obra la justificación sobrada de ser un grande de la música. Dio a entender a los jóvenes y seguidores, con su talento y con sus mensajes sociales, la inconfundible fuerza del rock y la revolución. Su pasión y consciencia de las cosas le llevaba a la brecha de las nuevas propuestas de interpretación del mundo. Su desaparición fue un mazazo de profunda amargura. Joe parecía habernos enamorado y sus canciones acabaron haciendo mella en nuestros corazones.

enlace película: http://www.youtube.com/watch?v=uSbdamWv2Ts

domingo, 9 de noviembre de 2008

"Redemption Song" Joe Strummer & the Mescaleros.



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Old pirates yes they rob I
Sold I to the merchant ships
Minutes after they took I
from the bottom less pit
But my hand was made strong
By the hand of the almighty
We forward in this generation triumphantly
All I ever had is songs of freedom
Won't you help to sing these songs of freedom
Cause all I ever had redemption songs, redemption songs

Emancipate yourselves from mental slavery
None but ourselves can free our minds
Have no fear for atomic energy
Cause none of them can stop the time
How long shall they kill our prophets
While we stand aside and look
Some say it's just a part of it
We've got to fulfill the book

Won't you help to sing, these songs of freedom
Cause all I ever had, redemption songs,
redemption songs, redemption songs.
(...)


Viejos piratas, si, ellos me robaron
y me vendieron a barcos mercantes
minutos después me sacaron
del agujero mas cruel
Pero mis manos se hicieron fuertes
por la mano del todopoderoso
nos levantamos triunfalmente en esta generación
Todo lo que siempre he tenido son canciones de libertad
nos ayudas a cantar estas canciones de libertad?
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras.

Emanciparte de tu esclavitud mental
Nadie excepto nosotros mismos puede liberar nuestras mentes
No tengas miedo de la energía atómica
Porque ninguno de ellos puede detener el tiempo
Cuanto tiempo más mataran nuestros profetas
Mientras nos quedamos mirando a otro lado
Alguien dijo esto es solo una parte
debemos también nosotros escribir en el libro

Por que no ayudas a cantar, estas canciones de libertad
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras,
canciones redentoras, canciones redentoras.
(...)

La vaca.


La vaca que poseemos me dice que los sonidos que escucha en el prado van dirigidos a entretener a las cabras. La cuestión la percibo por el lado más complicado. Me pregunto si la vaca, minoritaria, ante el número variable pero más numeroso de las cabras no estará celosa en mis promovidos paseos por las tierras altas del valle. A veces, cuando me encuentro en los antiguos terrenos ya baldíos en los que mis antepasados remitían todos sus esfuerzos a las actividades agrícolas, oigo el lamento lejano de nuestra vaca en la seguridad de un caso de rebelión vacuna. Conviene estar atento y no dar la espalda a tan descomunal animal. Las cabras les conviene mantenerse al margen y puede que se trate de una simple moda pasajera de la nuestra vaca y acabe esta, olvidando tan costoso estado para la convivencia común.

Esta tarde mientras regresaba mimetizado entre el verde paisaje, medía la distancia que me separaba de nuestra vaca y el nerviosismo creciente en mi persona. El encierro al que le somete mi padre a últimas horas de la tarde la convierte en más antisocial y su establo recuerda más a un penal que a una bucólica morada para vacas montañeras.

Lo que está instaurado en nuestra granja no está al alcance de los aires de grandeza de nuestra vaca y lo que parece un nuevo neoesclavismo animal está legitimado por las enormes dificultades que supone acomodar a todos los animales.

Mi padre todas las mañanas toca la flauta travesera y eso molesta a Berta, la vaca. Parece haber encontrado cualquier excusa para mostrar su malestar. Las cabras son más tolerantes y apenas se quejan sino en los días de lluvia cuando deben permanecer más tiempo encerradas. Aunque el que escribe, las más de las veces, las deja que campen a su aire, sin control ni disciplina.

La vaca no tiene ningún compromiso con el resto, se cree demasiado excepcional. No acaso tenemos que esperar a qué ella decida cuando la debemos ordeñar. Mi padre, que en sus circunstancias personales ya no está para esos menesteres, se refiere a este fenómeno de espera como fase de periodo especial. Cuando Berta da la pertinente orden por medio de un medio mugido, todo el proceso se vuelve sistematizado: el taburete, el cubo de aluminio, el masaje de ubres previo y la loción sedante que empleamos los hombres de la casa para después del afeitado. Unos treinta y tres litros de leche doy de dato al intrépido lector.

Las cabras esta noche están tranquilas. Han dado por buena la atractiva visita a los peñascos del Torozo y buena cuenta de los endemismos vegetales de la zona. Posiblemente tendrán que esperar toda una vida para vuelvan a realizar una presente como esta, ya que en la experiencia de siglos está en respetar sosteniblemente la flora local. En estos análisis no depara nuestra vaca y si su olfato, que ha olido los heterogéneos aromas de las plantas de los riscos, mordisqueados por sus distantes vecinas. ¿Alguien se imagina que puede deparar todo esto?

viernes, 7 de noviembre de 2008

Escalera al cielo (Stairway to Heaven).



En mi barrio “el Músico” se hartaba de tocar esta maravilla. Era un tipo desgarbado, rubio, con pinta de “músico” británico. Simplemente era la primera guitarra eléctrica que veía y quedé estremecido. Cuando el Domin, otro personaje con aspiraciones musicales, se puso a cantar ya fue inevitable seguir la senda de estas grandezas imperiales…Led Zeppelín.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Barack Hussein Obama.


Comienza un tiempo nuevo. Hemos esperado ansiosos la victoria de Barack Obama este 4 de noviembre y ya ha llegado el cambio. Muchas expectativas están levantadas como ha sucedido en otras ocasiones. Obama representa un mundo más justo. ¿Será posible?

lunes, 3 de noviembre de 2008

Saturno devorando a su hijo (1819-1823).



Hoy hablando con Waity en referencia a una exposición que hay en el Museo del Prado “Entre Dioses y hombres” de esculturas traídas de la ciudad alemana de Dresde hemos comentado, qué cuadro más nos impresionó cuando fuimos al Museo del Prado por vez primera.
En el deambular sin intenciones como era mi caso, con pocos años de edad, en la práctica contemplativa de mirar sin ser capaz de entender me detuve ante este cuadro de Goya, “Saturno devorando a su hijo”. No entendía nada cuando leí aquel cartel al pie del cuadro: “…devorando a su hijo”. Me fijé en esos ojos extremadamente abiertos y en el efecto que me impresionó profundamente: la boca abierta de la que colgaba el brazo del infeliz retoño. Era tremendo. Iba acompañado de mi padre, a lo que me preguntaba si podría él transfigurarse en Saturno y devorarme a mí también. No hubo más búsqueda, por mi parte, de más territorios inexplorados en la pinacoteca. Salí ensimismado ante el hallazgo macabro y esa noche la pasé mal.
En posteriores visitas, sigo sin poder conectar con el cuadro y la impresión que me causó de niño mantiene mi recelo, lo que me alienta a admirar a Francisco de Goya. En definitiva, la angustia de la existencia.